Sembradores de Fe y Vida

viernes, 3 de diciembre de 2010

EL PRIVILEGIO DE AYUDAR

Centro Internacional Sembradores de Fe y Vida

Diciembre 3
EL PRIVILEGIO DE AYUDAR
Lectura bíblica: Mateo 10: 38-42

«Y cualquiera que diere a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa.» Mateo, 10:42.


Esto puedo hacerlo yo, por pobre que sea, y lo haré con gusto. Por poco que valga, el Señor lo aprecia y lo ve, aun cuando se haga al más humilde y escondido de sus discípulos. Dios no mira el precio, ni la habilidad, ni la cuantía de lo que se da, sino el motivo. Cuanto hacemos a un discípulo, como tal, el Señor lo ve y recompensa. Y no nos recompensa según lo que hacemos, sino según las riquezas de su gracia.

En efecto: doy un vaso de agua fría y El me da a beber del agua de la vida. Doy a uno de sus pequeñitos y El me trata como a uno de sus grandes. Jesús halla una razón para su liberalidad en aquello mismo que su gracia me ha impulsado a hacer. Y para que no dudemos, nos lo ratifica con una especie de juramento: «De cierto os digo que no perderá su recompensa.»

Solamente espero pasar una vez por este mundo. Por lo tanto, cualquier buena obra, beneficio o servicio que pueda prestar a cualquier hombre o animal, permíteme que lo haga ahora. No permitas que lo descuide o retarde, porque no volveré a pasar por este camino. — Un Dicho antiguo de Los Amigos.

Lo que te causa mayor pena, no es lo que has hecho, sino lo que has dejado de hacer. La carta que no escribiste, las palabras cariñosas que dejaste de pronunciar, la flor que pudiste haber enviado, son los recuerdos que te visitan por la noche.
La piedra que pudiste haber quitado del camino de tu hermano; el consejo alentador que no diste, por estar demasiado ocupado; el apretón de manos cariñoso que omitiste; el tono amistoso con que debiste haber hablado, y con el cual no pensaste, es lo que te atormentará.

Estos pequeños actos de cariño, que fácilmente pasan por ti desapercibidos, estas oportunidades que aún los mortales tienen para que se porten como ángeles, se nos presentan, por la noche, en el silencio y en todas partes.
La vida, querido amigo, es demasiado corta, y la aflicción demasiado larga. No dejes que tu compasión sea ineficaz por haber acudido a ayudar a tu prójimo demasiado tarde.

No, no es lo que has hecho, sino lo que has dejado de hacer, lo que te causará mayor pena a medida que comprendas mejor el significado de la vida. — De «Manantiales en el Desierto».

Lecturas bíblicas: Mateo 10: 38-42
Para su comodidad le dejo el link: un click.

Bendiciones en este día
Gracia y Vida
Rev. Nelson Castellanos T.
Centro Internacional Sembradores de Fe y Vida.
Colombia – Medellín.

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